En un mundo donde la inmediatez y la experiencia del usuario marcan la diferencia, los pagos digitales han evolucionado para convertirse en un reflejo de nuestras necesidades cotidianas. Hoy, dos tendencias cobran especial relevancia: los pagos por voz y los sistemas biométricos.
Ambas tecnologías buscan unir comodidad sin puntos de fricción con mecanismos de seguridad robustos, creando un ecosistema financiero capaz de responder a los desafíos del siglo XXI.
El mercado global de pagos basados en voz avanza con firmeza. Para 2025, se proyecta que superará los 50 mil millones de dólares en transacciones, gracias a la adopción masiva de asistentes inteligentes y altavoces conectados.
Regiones como América del Norte lideran este crecimiento, mientras que Asia-Pacífico acelera su integración con soluciones adaptadas a poblaciones masivas, como el sistema UPI 123pay en India.
El principal atractivo radica en la velocidad y la simplicidad: basta pronunciar una frase para pagar facturas, recargar saldo o realizar compras en línea. Esta interactividad se completa con algoritmos de IA que detectan patrones de uso y previenen fraudes.
La biometría, desde huellas digitales hasta reconocimiento facial, ha dejado de ser una promesa para convertirse en un estándar de seguridad. El mercado de pagos sin contacto crecerá de 33.270 millones de dólares en 2023 a 91.800 millones en 2031, con una tasa anual compuesta del 13.5%.
Al emplear datos biométricos únicos e intransferibles, las entidades financieras ofrecen una barrera difícil de vulnerar frente a credenciales tradicionales. Además, la autenticación suele ser invisible para el usuario, lo que refuerza la fluidez en el proceso de compra.
La combinación de voz y biometría aporta beneficios concretos en distintos frentes:
Estas soluciones permiten:
A pesar de su potencial, estas tecnologías enfrentan obstáculos. En el caso de la biometría de voz, la creación de deepfakes y la clonación vocal representan riesgos que requieren mecanismos de detección avanzados.
Asimismo, aspectos como la privacidad y la regulación se vuelven fundamentales. El cumplimiento del RGPD y la implementación de altos estándares de privacidad son imprescindibles para ganar la confianza del usuario.
Los asistentes de voz más populares —Alexa, Google Assistant, Siri— ya integran pasarelas de pago. Las tiendas físicas exploran pagos manos libres, mientras que el comercio electrónico optimiza procesos de checkout.
En el ámbito corporativo, bancos y fintechs adoptan soluciones que combinan múltiples factores biométricos y voz para transacciones de mayor valor. La inteligencia artificial refina la detección de anomalías, potenciando la seguridad.
Para 2034, se estima que el reconocimiento de voz y habla alcanzará un valor de 89.660 millones de dólares. Al mismo tiempo, las innovaciones en wearables y dispositivos IoT ampliarán la cobertura de estas tecnologías.
Para consumidores:
Para empresas:
Al equilibrar comodidad y seguridad de forma armónica, pagos por voz y biométricos tienen la capacidad de revolucionar nuestra forma de interactuar con el dinero, acercando la tecnología a la vida diaria de manera fluida y confiable.
Referencias